En el Hospital Zambrano Hellion, de TecSalud, cada nacimiento de alto riesgo se atiende con precisión quirúrgica y corazón abierto. Aquí, ginecólogos y neonatólogos trabajan de la mano para brindar esperanza a madres con embarazos delicados y a bebés que luchan por llegar al mundo en condiciones óptimas.
Los doctores Manuel Rolando García, Hugo Rangel y Enrique Saldívar comparten su visión sobre cómo el trabajo en equipo, la tecnología y la sensibilidad humana hacen toda la diferencia.
Un acompañamiento que comienza desde el primer latido
El control prenatal temprano no solo ofrece tranquilidad, sino que permite actuar a tiempo. “Es esencial para anticipar riesgos y tomar decisiones con las pacientes. El seguimiento en embarazos de alto riesgo implica más consultas, estudios especializados o consultas con especialistas en medicina materno-fetal u otras especialidades relacionadas con el caso”, explicó el Dr. García.
Un ejemplo que marcó al equipo fue el nacimiento anticipado de una bebé prematura. “Coordinamos el uso de esteroides para madurar sus pulmones y el equipo de neonatología la recibió al nacer. Gracias a ese trabajo conjunto, hoy está sana en casa con sus padres”, recuerda el Dr. Rangel.
Tecnología y experiencia con un enfoque humano
Al elegir un hospital para el nacimiento de un bebé, los especialistas coinciden: “La infraestructura es clave, pero el trato humano hace la diferencia. En TecSalud contamos con una unidad de terapia intensiva neonatal equipada con tecnología de punta y un equipo empático y altamente capacitado”, señaló el Dr. Saldívar.
Además, el trabajo de los neonatólogos es necesario que inicie antes del parto, sobre todo cuando se anticipan problemas cardíacos, pulmonares o malformaciones. Con terapias como ECMO y con el apoyo de cirujanos pediátricos formados en el extranjero, TecSalud amplía sus capacidades para atender cualquier desafío.
Algunas de las condiciones más comunes que requieren terapia neonatal en recién nacidos incluyen la prematurez, infecciones intrauterinas y malformaciones congénitas. Estas situaciones pueden poner en riesgo la vida del bebé y demandan atención especializada inmediata. Sin embargo, cuando se cuenta con una detección oportuna y un trabajo coordinado entre especialistas, es posible mitigar, e incluso prevenir, muchas de las complicaciones graves que suelen derivarse de estos diagnósticos.
Comunicación constante y diagnóstico oportuno
“La coordinación se logra con comunicación constante, no solo entre médicos, también con las pacientes. Escuchar también es parte del tratamiento”, afirmaron los expertos.
La detección de un embarazo de alto riesgo comienza desde la primera visita médica, a partir de una historia clínica detallada. En esta etapa se identifican factores como diabetes, hipertensión u otras condiciones preexistentes. Incluso en embarazos que parecen normales, el ultrasonido del primer trimestre puede revelar riesgos como preeclampsia o crecimiento fetal restringido. Con esta información, se diseña un plan de control prenatal personalizado que puede incluir medicamentos, una dieta especializada o rutinas de ejercicio adaptadas a cada paciente.
“Con un diagnóstico temprano, muchas veces logramos prevenir que la enfermedad se desarrolle o minimizar su impacto. Eso cambia vidas”, finalizaron los especialistas.
GCM
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