“Nunca hablé con mi tía ni con mi mamá de actuación. Jamás les pregunté cómo preparaban sus personajes, qué técnicas tenían, ni consejos en general. Nada. Como que fue algo muy mío desde niña, aunque cada que me conocían o me presentaba con alguien, siempre salían las preguntas de: ‘¿Tú eres hija de Dominika Paleta?, ¿Tu tía es Ludwika?, ¿También vas a ser actriz?’...
Entonces, parte de mí quedó marcada con la idea de que eso es lo que se esperaba de mí. Sin embargo, ha sido un trabajo muy propio entenderlo y descubrir desde dónde voy a abordar esta profesión.
Porque quiero encontrar a la actriz que soy, ver qué tipo de intérprete soy y desde qué lugar me quiero presentar ante el mundo, sabiendo que tengo esta familia que amo, evidentemente, pero que debo de ir formando mi propio camino.
Porque, al principio, se trata de tomar decisiones de forma consciente y de cerrar las puertas. Soy de esas personas que no quieren saber nada de nadie mientras que están con su investigación personal.
Ya que me siento lista, abro la puerta y sumo a los demás a ese proceso... Fue hasta el segundo año de la carrera que les pedí a ellas que fueran a verme a una obra de teatro, porque en el primero todavía sentía mucha presión y expectativas que, más que darme para arriba, me generaban ansiedad.
Entonces, fue mucho más sano para mí preguntarme, desde la calma y la suavidad: ‘¿Quién eres tú?, ¿A dónde quieres llevar esto?’. Ya después empecé a escuchar la voz externa de las personas que me aman y que saben de esto.”, nos contó en entrevista María, quien estrena la cinta Caras vemos este 22 de agosto.
Q&A con María Ibarra Paleta
¿Te ha pesado llevar este apellido?
Yo creo que todo el mundo, en algún momento, ha dicho: ‘odio a mi familia, no quiero estar aquí ’. Todos hemos envidiado la familia de alguna amiga, deseado pertenecer a otro clan o haber nacido en otro lado. Y yo no soy la excepción. De muy niña me pasaba que quería tener otra familia, y eso tenía que ver con salir a lugares y encontrar paparazzi. Nunca tuvimos una experiencia fea ni nada, pero me acuerdo que el ir a comer un restaurante y ver fotógrafos, me ponía nerviosa... Después pues fui entendiendo el por qué y dimensionando lo conocidas que son mi mamá y mi tía Ludwika. Luego, de adolescente, con la hormona a tope, llevas al extremo todas esas cosas que ni siquiera son reales, porque la verdad es que crecí en una familia súper amorosa, de contención, de escucha y de consejos súper acertados.
¿Y cómo logras vencer el miedo a esas expectativas?
Me encantaría saber. Cuando alguien sepa, pase tips. Siento que esa voz está presente y hay días donde aprendo a convivir con ella, y otros días donde es la que más grita en mi cerebro y a la que le hago caso. Y nada, supongo que es parte del ser humano.
Cuéntanos de tu preparación actoral…
Estoy estudiando actuación en el Conservatorio de Actuación, con directores como Diego del Río y Evan Regueira. Es una escuela increíble, donde me ha dado herramientas increíbles, y me atrevería a decir que no hay mucho en México con esta calidad de maestros que forman actores que están trabajando actualmente… Es una escuela de ensueño, los grupos son pequeños, entonces hay una dinámica de acompañamiento y de que no te tienes que esperar dos semanas en lo que pasas a hacer tu escena. Es un intensivo y todo el tiempo estás ahí, actuando, presentando escenas, presentando textos, leyendo obras, y en general aprendiendo el oficio.
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