En “Misión: Imposible – Sentencia Mortal”, Tom Cruise vuelve a demostrar que no hay reto físico que le quede grande. Pero esta vez, el actor llevó su cuerpo al límite de lo humanamente posible con una escena submarina que ya es considerada una de las más extremas de su carrera con un traje de impacto.
No se trató de efectos especiales ni de dobles de riesgo, ya que Cruise estuvo realmente sumergido, durante horas, con un traje de 56 kilos diseñado para desafiar las profundidades.
El traje de Tom Cruise en “Misión: Imposible – Sentencia Mortal”
Lejos de ser un simple accesorio, el traje que usó Cruise fue una pieza de ingeniería especializada. Pesaba nada menos que 56 kilos y estaba diseñado para soportar presiones elevadas bajo el agua, sin limitar la movilidad del actor.
El material, una mezcla de polímeros de alta densidad con componentes metálicos, protegía su cuerpo de la compresión, pero también representaba un peso que, mal administrado, podía resultar mortal.
El equipo de producción lo llamó “el caparazón”, y no fue usado por nadie más en el rodaje. Solo Cruise se atrevió.
El entrenamiento de Tom Cruise en “Misión: Imposible – Sentencia Mortal”
Para enfrentar la escena, Cruise se sometió a un entrenamiento de apnea intensivo. Durante semanas, practicó técnicas avanzadas de respiración y control de oxígeno con expertos que han preparado a buzos profesionales y fuerzas especiales.
El objetivo era alcanzar y mantener largos periodos de inmersión sin asistencia, mientras realizaba movimientos coreografiados, con visibilidad reducida y sin margen de error.
Algunos miembros del equipo afirmaron que Cruise logró sostener la respiración durante más de seis minutos en prácticas, aunque en rodaje real se estima que pasó alrededor de tres horas con pausas técnicas bajo el agua.
El rodaje de “Misión: Imposible – Sentencia Mortal” con Tom Cruise
El rodaje fue bastante complejo por factores de todo tipo. Las luces sumergibles utilizadas para iluminar la escena generaban destellos que cegaban momentáneamente al actor.
A esto se sumó un problema crítico, y es que en algunos momentos, Cruise se vio forzado a inhalar una mezcla de oxígeno con residuos de dióxido de carbono, lo que produjo desorientación y malestar.
El actor, sin embargo, mantuvo la calma. Su equipo de seguridad reveló que hubo al menos dos ocasiones en las que consideraron interrumpir el rodaje por riesgo de hipoxia, pero Cruise pidió continuar.
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