Dedicada, trabajadora y feliz; así es Sonia de la Garza de Palomares, una mujer talentosa que ha llevado su pasión por la horticultura a otro nivel y quien esta edición nos cuenta todo sobre el tipo de vegetación que tenemos en la ciudad y cómo podemos cuidarlo.
Iniciando con la amena entrevista, Sonia nos compartió que su esposo, Octavio Palomares, su hija Paloma y sus dos nietos Palomita y Santiago, son su mayor adoración y su mayor motivación para cada día.
Para ella la naturaleza es un arte, una práctica y es el goce de cultivar jardines, tanto en un espacio abierto como cerrado, flores, árboles, arriates, hortalizas, ya sea por estética por gusto o por necesidad.
Nos confesó que la horticultura empezó como un hobby y con el tiempo una gran pasión que nace gracias a su mamá, quien le inculcó desde muy pequeña el hábito de cuidar a la naturaleza y sembrar de todo tipo de flores.
“Yo recuerdo que, en el patio de la casa, mi mamá tenía sus rosales, jazmines, buganvilias, pájaros, y hasta un cotorro, y en el traspatio teníamos guayabas, papayas y parra, así empezó mi pasión por la naturaleza”, indicó.
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Sonia forma parte de la Federación de Clubes de Jardinería de Tamaulipas desde el año de 1988, primero estuvo afiliada al National Garden Clubs en 1981 y al Club de Jardines Magnolia que se fundó en febrero de 1979.
“Me acuerdo que antes en Tampico veías los tallos de los árboles pintados de blanco, y la Federación empezó con el programa de Cuida Los Árboles, No Los Pintes con gran éxito, pues visitamos oficinas de gobierno, colegios, universidades, centros deportivos y todos aceptaron nuestra invitación”, nos compartió.
Dentro del club realiza varias actividades, donde se reúnen cada 15 días para platicar y aprender de diferentes temas y elaborar diseños de flores y otro de horticultura. Además, comparten sus conocimientos con niños y amigas para así sembrar más en escuelas o parques.
“Me encanta sembrar los helechos, por sus formas, las exoras rojas por el color que les dan a las bardas, y casi todo el año florecen, los crotos por su colorido tan diverso, pero una de mis favoritas es la palma areca originaria de Madagascar”.
Nos comentó que en estos últimos meses la naturaleza ha estado más libre durante esta contingencia. “Definitivamente, hay menos contaminación por la falta de uso del combustible de aviones, de transporte, los peces vuelven a los puertos, a los ríos. Por el Paseo Bellavista en las tardes ves muchas familias en bicicleta. No usan el carro. Hasta en Venecia, en los canales por primera vez se pueden ver peces y los patos regresaron”.
Por último, nos compartió un consejo para favorecer el crecimiento de los árboles y cuidar la vegetación.
“Tú puedes hacer mucho por el planeta. Cuidando los árboles y vegetación principalmente y no hacerles daño, regarlos en verano cada tercer día por el calor, y en invierno cada 5 días más o menos. Hay muchos árboles y plantas con propiedades medicinales”, finalizó.
“En Tampico y alrededores, puedes encontrar árboles singulares, interesantes, que conservan la esencia cautivadora que a todos nos fascina, como Lluvia de Oro, Flamboyán, Mangos, Palmeras, Aguacates, Guayabos, Pata de Vaca, Chaca, Chijol, Ebano, Encino, Anacahuita, Guanacaxtle, por la Laguna del Carpintero, Mangle, piñanonas, y muchísimos más”.
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