La reciente sentencia contra el médico que vendió ketamina ilegal a Matthew Perry es uno de los casos más polémicos entre las muertes de celebridades, pero ¿de cuánto será la condena para el Doctor Salvador Plasencia?
El nombre del actor sigue generando nostalgia, cariño y preguntas sin respuesta; por eso, este fallo judicial no solo cierra un capítulo legal, también reabre una conversación sobre vulnerabilidad, responsabilidad y los límites éticos en la práctica médica; motivo por el que debes saber todo al respecto.
¿Cómo fue la sentencia del Doctor Salvador Plasencia?
Después de meses de audiencias, declaraciones y documentos filtrados a la prensa, el Dr. Salvador Plasencia, de 44 años, escuchó finalmente su condena.
Su caso es el primero en resolverse entre los cinco acusados vinculados a la red de venta ilegal de ketamina relacionada con el actor de “Friends”.
¿De cuánto fue la condena del Doctor Salvador Plasencia?
El Doctor Salvador Plasencia fue condenado a 30 meses de prisión y una multa de 5,600 dólares.
Pese a que los fiscales buscaban una sentencia mayor, Plasencia se declaró culpable y aceptó haber vendido ketamina a Perry aun sabiendo que el actor era un paciente vulnerable.
Su admisión no solo fue legal, sino también personal en un video enviado a la jueza, confesó querer recuperar algún día el orgullo de su hijo.
Las adicciones de Matthew Perry
Matthew Perry no era un consumidor cualquiera. Su lucha contra la adicción, conocida públicamente desde sus años en “Friends”, era parte de su historia personal y profesional.
Aunque recibía ketamina legalmente como tratamiento para la depresión, buscó mayores cantidades cuando su médico de cabecera se negó a proporcionarlas.
Ahí entró el médico, quién según los fiscales, vio en Perry una oportunidad económica y no dudó en aprovecharla.
¿Qué le hizo el Doctor Salvador Plasencia a Matthew Perry?
Los mensajes de texto expuestos en el caso donde se refería al actor como alguien “a quien se podía explotar por dinero”, dejaron al público en shock.
Mientras que para la fiscalía, este fue el punto más importante que evidenció abuso de poder y negligencia ética.
Mientras para los fiscales su conducta fue “imprudente” y orientada al beneficio personal, la defensa presentó una imagen opuesta, es decir, un hombre que salió de la pobreza, trabajó duro por su título y fue descrito por pacientes como dedicado y compasivo.
Los abogados recalcaron que Plasencia ya había perdido casi todo antes de la sentencia; desde su licencia, hasta su clínica, su carrera y, en cierto modo, su reputación pública.
Las amenazas recibidas tras la muerte de Perry obligaron incluso a que su familia se mudara fuera del estado.
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