Un testamento es un instrumento legal mediante el cual una persona establece su voluntad sobre el destino de sus bienes y derechos tras su fallecimiento. Aunque muchas personas asocian este trámite únicamente con propiedades como casas, terrenos, automóviles o locales, la realidad es que hacer un testamento no depende de tener grandes patrimonios.
La Secretaría de Gobernación recuerda que este documento es recomendable en todos los casos, incluso si no se poseen bienes materiales. La razón es que sin un testamento, la ley determinará quiénes son los herederos y en qué proporción, lo que puede generar conflictos familiares, gastos elevados y trámites burocráticos innecesarios.

¿Por qué hacer un testamento aunque no tengas bienes?
La Revista del Consumidor destaca que un testamento no solo resuelve la repartición de propiedades, sino que también ayuda a evitar disputas entre familiares, asegura que la voluntad del testador sea respetada y brinda certeza a los seres queridos.
Además, permite nombrar a un albacea, es decir, la persona responsable de cumplir la última voluntad del testador, y designar un tutor legal en caso de que existan hijos menores de edad o personas incapaces bajo su cuidado.
Incluso si no se cuenta con patrimonio, este documento deja claro quién será el responsable de asuntos personales y administrativos, eliminando incertidumbre y posibles enfrentamientos.
¿Cuáles son los requisitos y cuánto cuesta tramitar un testamento?
Contrario a lo que muchos piensan, no es necesario enlistar todos los bienes para otorgar un testamento, salvo que se desee dejar un legado específico, como un inmueble o un bien mueble (autos, joyas, libros, etc.).
El trámite debe realizarse ante un notario público y, en condiciones normales, tiene un costo que oscila entre los $1,804 y $2,614 pesos. Sin embargo, durante septiembre, Mes del Testamento, las notarias de todo el país ofrecen precios preferenciales que pueden iniciar desde los $601 pesos.

Otro punto importante es que el testamento puede modificarse cuantas veces sea necesario, ya que es un acto revocable. De esta forma, si el testador cambia de opinión o sus circunstancias de vida varían, podrá actualizarlo para reflejar su nueva voluntad.
¿Qué pasa si no se hace testamento en México?
Si una persona fallece sin haber hecho testamento, se inicia un juicio sucesorio intestamentario, donde un juez convoca a todos los posibles herederos. La ley establece un orden de prelación: primero los descendientes, después el cónyuge o concubino, ascendientes, y por último parientes colaterales hasta el cuarto grado.
Este proceso puede tardar meses o incluso años, además de generar gastos legales y, en muchos casos, tensiones familiares que terminan por fracturar los lazos entre los herederos.
En conclusión, hacer un testamento no es un lujo ni un trámite exclusivo de quienes tienen bienes materiales. Es una decisión de responsabilidad que garantiza que las últimas voluntades de una persona se cumplan y que sus seres queridos no enfrenten complicaciones legales ni disputas innecesarias.
Septiembre es el momento ideal para dar este paso con costos accesibles y la seguridad de estar protegiendo lo más valioso: la tranquilidad de la familia.

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