
Seguramente alguna vez has tenido que experimentar esa sensación de dolor fangirl cuando nadie conoce a un artista que te gusta y deseas ver en vivo. Muchas personas optan por no ir solos a los conciertos, porque es mejor no ir, que ir sin compañía… ¿no?
Pues las cosas no tienen que ser así. Ir a un concierto sin compañía, no solo es extremadamente normal, sino que también es divertido y vivirlo, puede cambiar por completo la manera en la que disfrutas uno, así que, a continuación te revelo lo que he aprendido de ir a muchos de ellos, sola.
¿Ir a un concierto en solitario es aburrido?
Con el tiempo, y tras repetir varias veces la experiencia, descubrí que ir sola a un concierto no solo es válido, sino profundamente liberador. Es algo que logras disfrutar al descubrir tu conexión contigo mismo y que cualquiera debería hacer por lo menos una vez en toda su vida.
Ventajas de ir sin acompañantes a los conciertos
- Libertad
Ir solo a un concierto puede parecer intimidante al principio, pero esa misma “soledad” es la que te abre puertas inesperadas. No dependes de los planes de nadie. No tienes que coordinar horarios, ni pelearte por cuál entrada comprar. Solo tienes que pensar en ti.
Y esa independencia se traduce en beneficios muy reales.
¿Quieres llegar horas antes y soportar el sol con tal de estar en primera fila? Está bien. ¿Te parece una locura pero te emociona? Hazlo.
Cuando vas en grupo, a veces sacrificas la experiencia para adaptarte. Cuando vas sin nadie más, haces exactamente lo que quieres. Y eso no tiene precio.
- Mejor vista
Si alguna vez has ido a un festival o concierto con acceso general, sabes que conseguir buen lugar es una experiencia.
Siempre hay alguien en el grupo que se cansa, que tiene hambre, que no quiere llegar tan temprano o incluso que se quiere salir a la mitad de la espera porque ya se cansó o necesita ir al baño.
¿El resultado? Terminas lejos del escenario y frustrada sin disfrutar de la misma manera en la que lo harías al estar en primera fila.
En cambio, cuando voy sola, tengo una estrategia clara. Se trata de no tomar demasiados líquidos antes de asistir, llegar temprano, ubicarme lo más cerca posible y disfrutar como se debe para no moverse durante muchas horas… claro, si el artista a quien voy a ver lo vale, porque la realidad es que sí es algo muy cansado.
La logística se vuelve más ágil. Nadie te retrasa. Y sí, he terminado pegada a las vallas, frente a mis artistas favoritos, llorando de emoción y gritando sin miedo a que nadie más a mi lado me juzgue por ello, porque al final, las personas a mi alrededor podrían no volver a verme jamás, y no busco verme bien frente a ellos. Nada se compara con eso.
- Cero distracciones
Una de las cosas más desesperantes de ir con compañía es que, aunque con buenas intenciones, muchas personas quieren hablar... incluso durante tu canción favorita.
Tal vez para ellos sea solo una canción más, pero para ti es “esa” canción. Esa que te salvó, que te emociona, que no puedes escuchar de otra forma.
Estar sin compañía en ese instante es increíble. No hay comentarios innecesarios. No hay interrupciones. Solo tú, tu emoción y nada más.
- Socializas
Paradójicamente, algo que aprendí y que me sorprendió fue que, al ir sola, conocí a más personas. ¿La razón? Cuando vas con alguien, es fácil encerrarte en esa burbuja social. Pero al estar sola, estás más abierta a observar, conversar y conectar.
En el mundo de los conciertos, ya tienes una cosa en común con todos los presentes: el amor por ese artista y probablemente también por ese género, por lo que quizá descubran otros intereses en común.
Y eso rompe el hielo. He hecho amigos esperando en la fila durante horas. A veces son amistades que no vuelven a ver y que te acompañan solo por ese día, pero, otras han perdurado y cualquiera de las dos están bien.
¿Qué debes saber si vas solo a un concierto?
Lo más importante que aprendí es que estar sola físicamente no es lo mismo que sentirse sola emocionalmente. En un concierto, estás rodeada de cientos o miles de personas que van a hacer exactamente lo mismo que tú.
Gritan las mismas letras, se emocionan en los mismos fanchants. En cierto modo, no podrías estar más acompañada.
Así que si alguna vez te quedas sin acompañante para ver a tu artista favorito, no lo pienses tanto. Solo hazlo y disfrútalo por ti y para ti. Porque a veces, las mejores experiencias se viven en solitario.

Editora Web Senior en Chic Magazine. Disfruto escribir sobre temas relacionados con celebridades, moda, estilo de vida, salud y belleza.
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