Fundada en 2018, BEQU nació con la idea de reinventar la experiencia de compra y convertirla en una extensión del arte de consentirte a ti mismo y tu círculo cercano. Su filosofía se sostiene en la curaduría: elegir con los sentidos, apostar por los pequeños detalles y dar a cada objeto un propósito.
Desde San Pedro Garza García, Mariana y Margarita redefinen el lujo contemporáneo con una mirada sensible, donde una fragancia, un portarretrato o una pieza de mármol pueden narrar historias sobre quiénes somos y cómo habitamos el mundo.
Esto nos invita a estar presentes, a disfrutar el momento y a recordar que el verdadero lujo siempre es personal.
BEQU surgió con una visión innovadora. ¿Qué las motivó a crear este concepto de boutique y cómo describirían la visión original?
El proyecto inició en 2018 a partir de encontrar una necesidad por parte de las marcas: tener un espacio físico donde pudieran vender y ofrecer ese servicio al cliente que hoy damos.
Por otro lado, también detectamos que había una necesidad del lado de la clientela: encontrar un lugar con productos de alta curaduría, donde pudieras hacer todas tus compras en una sola parada. La visión original sigue vigente, aunque el modelo ha evolucionado.
Cuando empezamos, las concept stores estaban en auge, pero con el tiempo se volvió un modelo complicado de mantener por temas de administración y márgenes. Por eso hoy somos más que una concept store: somos una boutique multimarca que también invierte en su propia mercancía.
Ustedes son expertas en traer piezas únicas y marcas ‘cool’ de todo el mundo. ¿Cómo es el proceso de curaduría? ¿Qué criterios siguen para seleccionar cada artículo o diseñador que forma parte de la boutique, asegurando ese toque exquisito y exclusivo?
De entrada, siempre filtramos las marcas por varios criterios. El principal es que le veamos viabilidad de venta, algo que hemos aprendido con la experiencia y conociendo perfectamente a nuestro cliente. Si sabemos que un producto no se va a vender, no lo traemos.
A las marcas que sí vemos con potencial les pedimos exclusividad, porque queremos que todas estén tranquilas sabiendo que comparten espacio con nombres reconocidos y boutiques de prestigio.
También nos fijamos mucho en los procesos detrás de cada pieza y que el precio sea competitivo. Todo eso hace que la curaduría sea coherente y muy cuidada.
Como referentes del shopping de alto nivel, ¿cómo definen ‘lujo’ en el contexto actual? ¿Qué debe tener un producto o una experiencia para que ustedes la consideren verdaderamente lujosa?
Para nosotras, el lujo tiene que venir a resolver una necesidad, pero con una propuesta de diseño disruptiva. Ese es el nuevo lujo.
En esta época de detalles especiales, ¿qué consejos nos darían para elegir el obsequio perfecto? ¿Podrían sugerir algunos de sus favoritos infalibles para sorprender a un ser querido?
Nos gusta recomendar artículos que sabemos que son una apuesta segura: piezas de colecciones permanentes, atemporales y clásicas.
En esta temporada no aconsejamos regalar cosas muy exóticas o atrevidas, porque en gustos se rompen géneros. Siempre es mejor optar por algo neutro, elegante y sofisticado, que sepas que va a gustar.
Como pioneras en este proyecto, ¿cuáles han sido los mayores desafíos a los que se han enfrentado al establecer y hacer crecer este proyecto?
Nuestro mayor desafío fue la pandemia, pero también se convirtió en nuestra oportunidad más grande. Al cerrar los puntos físicos, tuvimos que migrar rápido a la parte digital y desarrollar una experiencia personalizada por WhatsApp.
Muchas clientas ya la conocen: con una llamada o mensaje tienes tu compra lista en minutos, con envío local o nacional. Esa atención inmediata nos hizo crecer muchísimo y hoy sigue siendo parte clave de la experiencia BEQU.
¿Cómo ha sido para ustedes trabajar en conjunto? ¿De qué manera combinan sus fortalezas y visiones personales en el día a día?
Afortunadamente, ya logramos crear un negocio que no depende de nosotras en la operación. Nos complementamos muy bien en el back office, y eso nos permite mantener una relación basada en el respeto y en los mismos valores. Creo que eso ha sido clave para que funcione: entender los tiempos y ritmos de la otra.
¿Qué las inspira hoy? ¿Qué fuente de inspiración sienten más presente en esta etapa?
Estamos en momentos distintos de vida, Margarita está por convertirse en mamá, y yo (Mariana) también he crecido profesionalmente en otros ámbitos.
Pero lo que nos sigue inspirando es la posibilidad de llegar a más personas y transformar el acto de comprar en una verdadera experiencia trascendental.
Nos gusta pensar que cada compra es una forma de darte cariño o de dárselo a alguien más. Eso nos inspira.
Desde que abrieron este gran emprendimiento, hasta hoy, ¿cómo creen que ha cambiado el gusto del consumidor regio por el diseño y el lujo?
La verdad es que no ha cambiado mucho. Es una constante, un gusto ya muy refinado y muy detectable.
Para nosotras siendo regias está muy fácil conocerlo. Lo que sí percibimos es que la clientela cada vez le apuesta más a un lujo silencioso y a piezas únicas e irrepetibles.
¿Qué sigue para BEQU? ¿Tienen en mente nuevos proyectos o metas que las entusiasmen?
Sí. Estamos en una etapa de traer grandes marcas a Monterrey en formatos tipo pop-up y seguir innovando en la selección de productos.
También queremos mejorar todavía más la experiencia de compra y seguir expandiéndonos en la República Mexicana. Son pocas las ciudades que tienen acceso a una curaduría como la que ofrecemos aquí y queremos llevar esa propuesta a más lugares.
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