En Hollywood, donde parece que las parejas van y vienen, la historia de amor entre Liam Neeson y Natasha Richardson se destacó como un faro de estabilidad y felicidad genuina.
Durante años, representaron la imagen de la pareja perfecta, un lazo inquebrantable que parecía inmune a las presiones de la fama. Sin embargo, el destino tenía preparado un giro cruel y devastador, ya que en un instante, lo que comenzó como un día de vacaciones se convirtió en una tragedia que sacudió al mundo del espectáculo.
¿Cómo comenzó la historia de amor de Liam Neeson y Natasha Richardson?
Algunos medios refieren que Liam Neeson y Natasha Richardson se conocieron mientras trabajaban en la producción de Broadway de "Anna Christie" entre 1992 y 1993, su conexión fue casi que inmediata, y para 3 de julio de 1994 ya se habían dado el “si” en el altar.
La pareja tuvo dos hijos, Micheál Richardson (1995) y Daniel Neeson (1996), y eligieron vivir en Millbrook, Nueva York, para darles una infancia tranquila, lejos de los reflectores.
Así, durante más de 15 años priorizaron su vida familiar sobre sus carreras, construyendo un hogar lleno de amor y estabilidad.
El accidente de Natasha Richardson que lo cambió todo
El 16 de marzo de 2009, Natasha de entonces de 45 años, sufrió una caída durante una clase de esquí para principiantes en Mont Tremblant, Quebec en Canadá.
En un inicio, parecía que el incidente había sido algo menor, incluso habló por teléfono con Liam para tranquilizarlo, pero poco después comenzó a sentirse mal.
Fue hospitalizada en Montreal y, posteriormente, trasladada a un hospital de Nueva York, donde se confirmó un diagnóstico devastador: muerte cerebral por un hematoma epidural.
En una entrevista, Liam relató el desgarrador momento en que tuvo que decirle adiós, ya que ambos tenían un pacto: si alguno quedaba en estado vegetativo, debía desconectarse el soporte vital, y así lo cumplió, permitiendo primero que familiares y amigos se despidieran.
Natasha Richardson falleció el 18 de marzo de 2009.
El duelo de Liam Neeson y el legado de Natasha Richardson
Tras su fallecimiento, Natasha donó sus órganos, salvando así al menos tres vidas, un gesto que Neeson ha recordado con orgullo.
Tras la tragedia, Neeson se enfocó en el bienestar de sus hijos y encontró apoyo en su familia política, especialmente en Vanessa Redgrave y Joely Richardson.
Años después, Liam y su hijo Micheál trabajaron juntos en la película” Una villa en la Toscana", en donde se vio reflejado en pantalla el proceso de duelo que vivieron en la vida real. La pérdida dejó una huella imborrable, pero también reforzó los lazos familiares y el deseo de mantener viva la memoria de Natasha.
Su historia, que muchos creyeron eterna, se convirtió en un relato de pérdida y resiliencia, en donde a pesar del dolor demostraron que el amor verdadero no termina con la muerte, sino que deja un legado que trasciende generaciones.
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