¿Alguna vez pensaste que un fraude millonario podría parecer un guion de comedia? Pues eso fue exactamente lo que ocurrió con el sorteo Melate y Revancha 2,518, un episodio tan insólito que años después inspiró a Netflix para crear “Me late que sí”, una serie mexicana protagonizada por Alberto Guerra; por lo que te contamos la historia real.
Lo que en la ficción es un “dramedy” lleno de humor negro, en la realidad fue un escándalo que puso en jaque la credibilidad de la lotería nacional, pero ¿qué fue exactamente lo que ocurrió?
¿Qué inspiró “Me late que sí”?
El 22 de enero de 2012, millones de espectadores sintonizaron la televisión para presenciar el sorteo 2,518 de Melate.
Todo parecía normal con las esferas girando, el presentador sonriendo y los números se anunciaban con emoción. Sin embargo, lo que el público no sabía era que ese sorteo ya se había grabado cinco horas antes.
El fraude se gestó desde dentro de Pronósticos para la Asistencia Pública. Un grupo de empleados decidió manipular el sistema aprovechando una renovación de personal que había dejado huecos administrativos.
La idea fue sencilla y letal, pues solo tenían que grabar el sorteo en privado a las cinco de la tarde, conocer los números ganadores reales y luego comprar boletos con esa combinación exacta antes del cierre del sistema a las siete de la noche.
Así, cuando el programa se transmitió “en vivo” a las diez de la noche, los ganadores ya estaban decididos.
Los números premiados (06, 12, 15, 24, 25, 49 y la Revancha) habían sido elegidos con anticipación por los propios defraudadores.
Lo que parecía suerte fue, en realidad, un engaño millonario a plena vista.
¿Qué pasó con la lotería que fue un fraude?
El plan salió a la perfección, al menos por unas horas.
Los boletos ganadores correspondían a un grupo de cómplices internos, entre ellos funcionarios y personal de producción del sorteo.
Sin embargo, el fraude no tardó en salir a la luz con inconsistencias en los tiempos de registro de los boletos y movimientos bancarios sospechosos llamaron la atención de las autoridades.
Cuando la Secretaría de la Función Pública intervino, se descubrió que el dinero, 160 millones de pesos (unos 8 millones de dólares), ya se había distribuido entre los implicados. Las cuentas fueron congeladas y 12 personas detenidas.
Pese al problema mediático, el desenlace legal resultó menos ejemplar como el fraude no era considerado un delito grave en ese momento, la mayoría de los implicados obtuvo su libertad bajo fianza.
No hubo sentencias severas, pero el golpe a la confianza pública fue devastador.
¿Qué pasó después del fraude con la lotería en México?
Más de una década después, Netflix decidió convertir este episodio en una serie con tintes de humor y crítica social.
“Me late que sí” no solo revive el fraude, sino que lo reinterpreta desde la sátira,pues muestra cómo la ambición, la negligencia y la corrupción pueden entrelazarse para crear una historia tan absurda que solo podía ser real.
La producción, encabezada por Alberto Guerra, combina suspenso con comedia negra y plantea una pregunta incómoda: ¿qué tan lejos puede llegar la gente por “cambiar su suerte”?
Aunque el caso concluyó con la recuperación casi total del dinero robado, la verdadera herencia del fraude fue otra; es decir, la pérdida de credibilidad en un sistema que prometía esperanza.
Desde entonces, Pronósticos prohibió las grabaciones previas y reforzó la transparencia en sus sorteos, intentando borrar una mancha que marcó su historia.
Editora Web Senior en Chic Magazine. Disfruto escribir sobre temas relacionados con celebridades, moda, estilo de vida, salud y belleza.
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