El maíz es mucho más que un simple cultivo: es la columna vertebral de la dieta en gran parte de México y un pilar fundamental en la alimentación global. Sin embargo, este tesoro ancestral, que ha acompañado a la humanidad durante miles de años, se encuentra hoy ante una amenaza existencial que podría tener consecuencias catastróficas para la seguridad alimentaria de nuestro planeta.
Expertos en agricultura y medio ambiente han encendido las alarmas: una peligrosa combinación de factores ambientales y prácticas insostenibles está acelerando su vulnerabilidad. Pero, ¿cuáles son los principales elementos que están empujando al maíz hacia el peligro de extinción? Quédate leyendo, porque aquí te explicamos el dramático panorama y cómo el impacto del cambio climático juega un papel decisivo en esta crisis que nos afecta a todos.
¿Por qué el maíz está en peligro de extinción?
El maíz es mucho más que un alimento en México: es un símbolo cultural y un pilar de la gastronomía nacional.
Sin embargo, esta joya agrícola enfrenta graves amenazas que ponen en riesgo su diversidad y su supervivencia como patrimonio biocultural, ya que diversos factores como los socioeconómicos, los cambios climáticos y el avance de los cultivos transgénicos, son algunos de los principales responsables.
Así, el maíz no solo nutre a una nación o pueblo, ya que también forma parte de rituales, festividades y tradiciones de los pueblos originarios, y la pérdida de variedades nativas implicaría la desaparición de saberes históricos y técnicas agrícolas transmitidas por generaciones.
¿Por qué la diversidad genética del maíz mexicano está bajo amenaza?
México alberga alrededor 64 razas de maíz nativo, incluyendo el azul, negro, palomero y ajo.
Y muchas de estas variedades están en peligro debido a la reducción de cultivos tradicionales, y el abandono de técnicas ancestrales.
Por ejemplo, el maíz palomero mexicano prácticamente ha desaparecido frente a la importación masiva de granos de Estados Unidos.
Además, las continuas sequías han afectado la producción de maíz blanco hasta en un 14%, lo cual se vio reflejado de manera alarmante en 2024, especialmente en regiones como Valles Centrales y Mixteca en Oaxaca.
Así, la combinación de cambios climáticos y políticas agrícolas desiguales, amenaza con desaparecer la mitad de las semillas nativas en estas zonas.
¿Cómo los alimentos genéticamente modificados impactan en el maíz?
A pesar de las políticas para reducir la siembra de maíz genéticamente modificado, las importaciones continúan en gran volumen, y esto genera riesgos de contaminación genética y conflictos comerciales con Estados Unidos, afectando así a la soberanía alimentaria mexicana.
Además, la caída en la producción nacional provoca que los agricultores busquen cultivos más rentables, abandonando el maíz.
Todo esto pone en riesgo la seguridad alimentaria, y la preservación de conocimientos ancestrales sobre agricultura sostenible y adaptada al clima.
¿Qué medidas de protección se han tomado?
En 2025, el Congreso mexicano aprobó una reforma constitucional para prohibir la siembra de maíz transgénico, reforzando así la protección del maíz nativo.
E iniciativas como “Salvemos a las Palomitas de Maíz” y bancos de semillas, buscan conservar la diversidad agrícola, mientras organizaciones indígenas y científicas promueven la soberanía alimentaria.
De esta forma, el maíz es parte esencial de la identidad mexicana, y el proteger sus variedades nativas no solo garantiza alimentos, sino también la memoria cultural y el legado de generaciones.
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