Les juro que la manzanilla parece ser el remedio absoluto: yo lo tomo en té cuando tengo cólicos, me duele el estómago, antes de dormir o simplemente porque es el más amable de todos. Pero, ¿sabías que tiene propiedades curativas para más que eso?
Su fama no es casualidad: esta pequeña flor amarilla ha demostrado una impresionante versatilidad terapéutica, respaldada tanto por la experiencia popular como por investigaciones científicas de todo tipo.
¿De qué está hecha la manzanilla?
La manzanilla pertenece a la familia Asteraceae y existen dos variedades principales: la alemana (Chamomilla recutita) y la romana (Chamaemelum nobile). Ambas se usan con fines medicinales, aunque varían ligeramente en su composición y aroma.
Las flores secas de la manzanilla contienen una rica mezcla de compuestos bioactivos que la convierten en una fuente natural de bienestar. Entre los más destacados están los terpenoides y los flavonoides, responsables de muchas de sus propiedades curativas.
Uno de los compuestos estrella es la apigenina, un flavonoide con efectos antiinflamatorios y ansiolíticos. También están presentes el α-bisabolol y los azulenos, que ayudan a calmar irritaciones tanto internas como externas.
El aceite esencial de la manzanilla tiene un color característico que va del azul brillante al amarillo oscuro, dependiendo del tiempo de almacenamiento. Esta sustancia penetra fácilmente en las capas profundas de la piel, lo que la hace efectiva en aplicaciones tópicas para tratar eczemas, quemaduras o hinchazón.

¿Para qué se usa tradicionalmente la manzanilla?
Desde hace siglos, la manzanilla se ha utilizado para tratar una larga lista de malestares, sobre todo en forma de infusión. De hecho, se estima que en todo el mundo se consumen más de un millón de tazas de té de manzanilla al día.
En la medicina tradicional, se recomienda para combatir la fiebre, aliviar espasmos musculares, regular los ciclos menstruales y tratar trastornos digestivos como indigestión, cólicos o diarrea.
Pero sus usos no se limitan a beberla. También se preparan tinturas y vaporizaciones con sus flores, las cuales se aplican para reducir la ansiedad o el insomnio. El aceite esencial, por otro lado, es muy popular en cosmética y aromaterapia, gracias a su capacidad para relajar y mejorar la textura de la piel.
Además, se ha demostrado que puede ayudar a reducir el dolor reumático, tratar hemorroides y promover la cicatrización de heridas. Incluso en bebés, se han documentado efectos positivos para aliviar los cólicos, con un 58% de mejora en estudios clínicos tras siete días de tratamiento.

Propiedades curativas de la manzanilla
Aunque es una planta antigua, su potencial medicinal sigue vigente en la ciencia moderna. De hecho, de acuerdo con un folleto informativo del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, estudios han explorado sus efectos en distintas áreas de la salud.
En el caso del cáncer, por ejemplo, investigaciones preliminares en modelos preclínicos han mostrado que la apigenina puede inhibir el crecimiento de células cancerosas de piel, seno, próstata y ovario.
También se han realizado estudios con resultados prometedores sobre su uso en personas con ansiedad, insomnio, eczema, hemorroides, osteoporosis y hasta diabetes. Aunque muchos de estos ensayos aún necesitan más validación, la evidencia es alentadora.
Otro punto a su favor es que pocas personas presentan reacciones alérgicas a la manzanilla. En un estudio con casi 4,000 voluntarios, solo el 3.1% tuvo alguna reacción leve. Además, la FDA reconoce esta planta como un alimento GRAS, es decir, “generalmente reconocido como seguro”.
¿Lo sabías?
Tags relacionados

Coordinadora de Chic Magazine digital. Egresada de la Licenciatura en Comunicación de la FES Acatlán. Vivo de cine, los libros, videojuegos y la buena comida.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.