
Soy fan de la música desde que tengo memoria, y como muchas otras persona, planeo y espero meses por el concierto de varios artistas que me gustan, pero desde la visita de Taylor Swift a México, noté un gran problema, y fue el hecho de que Ticketmaster tiene tan aseguradas sus ventas, que no publican los precios de los boletos hasta que llega el día de la venta, y no lo hacen de manera oficial.
Esto es algo, que muchas personas, incluyéndome, ya no soportamos, y es que el hecho de que cada anuncio de concierto venga sin precios, sin zonas claras y sin seguridad garantizada es una burla a nuestros derechos como consumidores.
K-Popers logran cambio en Ticketmaster
Este problema, lo vivimos otra vez hace unos días con Super Junior, y aunque al final logramos algo, la pregunta sigue ahí: ¿por qué tenemos que exigir lo que debería ser obligatorio?
Cuando se anunció la fecha del concierto en México, los fans entramos en modo misión secreta, buscando precios en redes sociales, y pidiendo que los precios no sean excesivos como en la mayoría de las ocasiones, porque… estamos pidiendo a gritos algo tan básico como saber cuánto cuesta el boleto.
Pero en esta ocasión, gracias a esa presión en medios de comunicación y redes sociales, el 3 de julio por fin publicaron precios, zonas y paquetes. ¿Lo malo? Es que solo se trata de un concierto; ¿deberemos hacer lo mismo en cada anuncio?
El negocio de la desinformación de Ticketmaster
Ticketmaster, la empresa que monopoliza la venta de boletos en México, ha convertido el proceso de comprar una entrada en una especie de manipulación colectiva.
No sabes cuánto vas a pagar hasta que ya estás emocionado por haber ingresado a la fila virtual a la que te costó tanto entrar, dejando claro que conocen muy bien cómo hacer neuromarketing.
A veces te dan un rango aproximado, pero lo que realmente pagas (con cargos absurdos incluidos) solo lo sabes al final.
¿Y la ley? Pues resulta que esto podría ser ilegal, pero tienen algunos factores que les ayudan, por lo que los únicos afectados, siempre son los fans.
¿Por qué la ley permite el abuso de Ticketmaster?
Según la Ley Federal de Protección al Consumidor, los proveedores están obligados a mostrar de forma clara y oportuna los precios y condiciones del servicio. O sea, sí, deberíamos saber todo antes de que inicie la venta, pero hay un hoyo negro con el que legalmente, se pueden justificar, pues al comprar tus boletos, no te están negando el conocer el precio, por lo que, en cuestiones legales, no hay nada malo.
Ticketmaster se escuda fingiendo que nadie desea conocer los precios, y asume que de cualquier manera, los fans van a comprar, cueste lo que cueste un boleto… ¿Y mientras? Ellos juegan con nuestro tiempo, nuestra ansiedad y nuestro dinero.
La inseguridad en los conciertos
Más allá del precio, está el tema que muchos preferimos no mencionar por miedo: la seguridad. Los fans de Super Junior también exigieron garantías claras sobre la organización, accesos y medidas para evitar lo que ya hemos visto en otros conciertos: tragedias.
Porque no se nos olvida lo que pasó en el AXE Ceremonia con los fotógrafos que sufrieron de un accidente, o los lesionados en el concierto de Quevedo en una tarima mal colocada.
Sabemos que ha habido muertes, empujones, reventas descontroladas y desorganización, y nadie ha sido responsable.
Es triste decirlo, pero la industria ve a los fans como cifras, no como personas. Y eso tiene que cambiar.
¿Y si todos exigiéramos lo mismo?
Lo que logró el fandom de Super Junior debería ser una inspiración para todos los que amamos la música. No se trata de pelear, se trata de exigir lo que nos corresponde; es decir, información clara, trato digno, transparencia y seguridad.
Es una locura que no exista una ley que cambie esto, así que lo único que queda, es exigir como fans o negarse a seguir alimentando este problema.

Editora Web Senior en Chic Magazine. Disfruto escribir sobre temas relacionados con celebridades, moda, estilo de vida, salud y belleza.
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