Chic Logo
VEINTITRÉS

El orgullo detrás del jersey

Llevar un jersey de fútbol dejó de ser solo cosa de aficionados.

El orgullo detrás del jersey (Foto: Freepik)
El orgullo detrás del jersey (Foto: Freepik)
Santiago Daniel Benítez

"El fútbol es la cosa más importante de las menos importantes", sentenció el poeta del fútbol Jorge Valdano. Esta frase, que resuena con la proximidad de cada Mundial, me golpea en lo personal, obligándome a preguntarme: ¿Qué diablos es este juego en mi vida?

La respuesta es simple: es cultura, es memoria, y es una manifestación de quién soy, mucho más allá de una táctica 4-3-3 o el fichaje de moda. Sí, lo confieso: soy lo que el argot popular llama un "fifas", alguien para quien la discusión sobre el arte de Virgil Abloh puede coexistir perfectamente con el análisis de la defensa de mi amado y masoquista Cruz Azul.

La Estética del Desafío

El otro día, en pleno Clásico Joven, me enfundé en mi armadura: una playera retro del Cruz Azul con el logo de "Cemento" ocupando media prenda. No es discreta. Con esa indumentaria, que gritaba pasión y nostalgia, llegué a un restaurante en Paseo de la Reforma. El lugar, de estética cuidada, contrastaba brutalmente con mi jersey. Me sentí fuera de lugar, sí, pero inmediatamente después sentí un orgullo visceral.

Ese momento me recordó la poderosa defensa que Eduardo Galeano hizo del fútbol, reivindicándolo como una manifestación cultural valiosa, a pesar de los prejuicios de la "alta cultura". Al usar esa playera en un espacio "elegante", no solo apoyaba a mi equipo, sino que desafiaba esas jerarquías impuestas. ¿Por qué un jersey de fútbol debe ser considerado "bajo" o inapropiado en ciertos círculos?

Hoy, tendencias como el "Bloke Core" han abierto una rendija, validando que el jersey es más que una prenda deportiva: es un lienzo de identidad. Pero mi conexión va más allá de la moda pasajera; está en la autenticidad que encontré en la tienda Olé Ola futshop, donde padre e hijo me confirmaron que llevar el jersey diario es un símbolo de legado y conexión familiar.

La magia de una playera del Manchester United de los 90's, o la de mi Cruz Azul del 97, es que transmiten una autenticidad que el fast fashion nunca podrá replicar. Es un lenguaje visual de escudos, patrocinadores clásicos y una pasión menos digital, más pura.

El fútbol ha logrado lo impensable: romper la barrera ridícula entre la "alta" y la "baja" cultura. Ya no resulta extraño ver a alguien que no distingue a Beckham de Ronaldo luciendo su dorsal. La moda lo ha adoptado, convirtiendo el jersey en una declaración de estilo, una prenda de estatus en un antro o en un perfil de redes sociales. Pero, para el verdadero "fifas", es mucho más profundo.

Mi playera de la Máquina es el vínculo inmaterial con mi padre, fanático ferviente. Es el lazo que nos conecta cada sábado, haciendo de un simple partido una memoria que atesoraré con nostalgia. No es solo un pedazo de tela; es un pedazo de mi origen, mi cultura y mi corazón.

Por eso, mi llamado a todos los "fifas" es claro: porten su jersey favorito con orgullo.

En la cita, en el antro de Puerto Vallarta, en el restaurante sofisticado o hasta en una boda. La moda puede definir tu estética, pero el estilo, mi hermano, eso es personal, innegociable y auténtico.

Sé tu propio Maradona, el que nunca siguió los paradigmas de estilo. Atrévete, siéntete cómodo y celebra tus colores, porque al final del día, y Valdano tenía toda la razón, el fútbol es la cosa más importante de las menos importantes. Y portar su bandera con orgullo es una declaración de vida.


CHIC Magazine Logo

Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.