Ya se está hablando sobre las películas que veremos en los premios Oscar y, aunque algunas son muy obvias, como "Frankenstein" o "Una batalla tras otra", hay otras de las que pocos están hablando, como es el caso de "Fue solo un accidente".
El director Jafar Panahi, uno de los nombres más valientes y perseguidos del cine contemporáneo, firma una historia que mezcla suspenso, dolor y memoria colectiva. Y lo hace con una honestidad incómoda sobre una historia real que muy pocos conocen.
¿De qué trata "Fue solo un accidente"?
La cinta sigue a Vahid, un mecánico automotriz iraní que intenta reconstruir su vida después de haber sido preso político. Un día, tras un accidente automovilístico trivial, un hombre llega a su taller y Vahid está convencido de que ese rostro pertenece a uno de los torturadores que lo marcaron para siempre.
El hallazgo desata una tensión moral que va creciendo, pues Vahid se reúne con otros expresos para confirmar si el hombre, llamado Eghbal, realmente es quien creen. Lo que empieza como duda se transforma en una búsqueda peligrosa de justicia, o quizá de venganza.
La película se mueve entre silencios, miradas y recuerdos que nunca terminan de sanar. Panahi construye un dilema ético que confronta al espectador: ¿qué significa realmente justicia bajo un régimen autoritario?, ¿y qué pasa cuando lo único que queda para sobrevivir es decidir entre perdonar o destruir?
La historia real que inspiró "Fue solo un accidente"
Aunque la trama se cuenta como ficción, está profundamente inspirada en vivencias reales. Panahi y muchos disidentes iraníes han sufrido torturas, encierros y persecución por desafiar al régimen. Vahid, aunque personaje, es un espejo de cientos de voces acalladas.
El director filmó la película en secreto, sin permiso oficial, arriesgando nuevamente su libertad. Esta carga personal atraviesa cada escena, dándole a la cinta una autenticidad que duele pero también ilumina. Por eso no sorprende que "Fue solo un accidente" ganara la Palma de Oro en Cannes 2025, convirtiéndose en un testimonio político disfrazado de thriller.
El resultado es una reflexión potente sobre memoria, trauma y resistencia. Una historia que habla de Irán, sí, pero también de cualquier país donde la verdad se intenta enterrar.
¿Quién es Jafar Panahi y qué ha hecho?
Panahi nació en 1960 y es uno de los pilares de la Nueva Ola del cine iraní. Comenzó trabajando con Abbas Kiarostami y muy pronto llamó la atención del mundo: su primer largometraje, "The White Balloon" (1995), ganó la Caméra d'Or en Cannes, un hito para Irán.
Desde entonces, su cine ha explorado injusticias sociales, opresión política y la vida cotidiana bajo vigilancia. Ha ganado premios en Berlín, Venecia y Cannes, consolidándose como un autor imprescindible.
Pero su carrera también ha estado marcada por prohibiciones, arrestos y censura. Durante años le prohibieron filmar, viajar o dar entrevistas, algo que él sorteó con creatividad y coraje.
Películas como "Taxi Teherán" y ahora "Fue solo un accidente" son prueba de que ni las cadenas legales ni el miedo han logrado silenciarlo. Su obra se ha convertido en un símbolo mundial de la lucha por la libertad de expresión y del poder del cine para desafiar cualquier sistema.
¿La verás?
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Coordinadora de Chic Magazine digital. Egresada de la Licenciatura en Comunicación de la FES Acatlán. Vivo de cine, los libros, videojuegos y la buena comida.
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