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Personajes

Carmen Llaguno y Daniela Cárdenes crean un chocolate rico y saludable a la vez

Carmen Llaguno y Kate Cárdenas redefinen la indulgencia con Number Four Botánica. En entrevista, nos cuentan cómo su chocolatería de bienestar logra fusionar diseño, placer y conciencia en un mismo ritual.

Carmen Llaguno y Daniela Cárdenas crearon un chocolate que rompe con el guilty pleasure por sus ingredientes botánicos / Foto: Silvia Casso - Bejines
Carmen Llaguno y Daniela Cárdenas crearon un chocolate que rompe con el guilty pleasure por sus ingredientes botánicos / Foto: Silvia Casso - Bejines
Adrián García

El placer no debería estar peleado con el sacrificio, este es el precepto con el que Carmen Llaguno y Daniela Cárdenas unen fuerzas para emprender Number Four Botanica, una chocolatería 100 por ciento mexicana que trasciende el acto de disfrutar de lo dulce sin culpas ni remordimientos, casi como un ritual y una experiencia que despierta completamente los sentidos.

Y es que lo suyo es un manifiesto que recuerda que el bienestar también puede ser placentero, que la belleza se saborea y que en la miel, así como en el cacao, se habita una misma búsqueda por armonía. Cada pieza de No.4 es una pequeña ceremonia de disfrute consciente, un bocado que no sólo se saborea, sino que se siente.

Number Four Botánica surge de una historia de amistad. Tú y Kate (tu cofundadora) se conocieron viviendo en Nueva York, y mencionas que este proyecto “Se siente como un regalo nacido de 10 años de amistad”.

¿Cómo convertiste esa conexión personal de una década en el impulso para crear juntas una chocolatería de bienestar? ¿Qué momentos o valores compartidos las llevaron de la amistad al emprendimiento?

Kate y yo nos conocimos viviendo en Nueva York, durante el 2016, y desde el principio hubo una conexión muy natural. Aunque somos distintas en muchos sentidos, siempre compartimos una curiosidad genuina por el bienestar, los ingredientes limpios y la búsqueda de equilibrio. 

Pasábamos horas hablando sobre cómo disfrutar la vida sin dejar de cuidar el cuerpo: sobre encontrar placer sin culpa. No. 4 Botánica nació de esa amistad y de conversaciones que hemos tenido por más de una década. Es una extensión de nuestra forma de vivir, un proyecto que busca crear el chocolate que no encontrábamos, uno que sepa tan bien como se siente.

La filosofía de su marca mezcla la salud con la indulgencia, eliminando la culpa del placer dulce. En la práctica, ¿cómo definen el bienestar a través del chocolate? ¿De qué manera logran que un antojo indulgente se convierta en algo nutritivo y “Sin culpa, sin bajón, sin compromisos” para quien lo disfruta?

Para nosotras, el bienestar no es una tendencia, sino un estilo de vida. No se trata de restricciones, sino de conciencia e intención. Queríamos crear un chocolate que honrara el placer sin culpa, que no pidiera permiso para ser indulgente y, a la vez, se sintiera bien en el cuerpo. Creamos No. 4 desde ese lugar: fórmulas limpias, endulzadas con miel cruda y pensadas para nutrir.

Number Four Botánica es un producto 100% mexicano / Foto: Silvia Casso - Bejines
Number Four Botánica es un producto 100% mexicano / Foto: Silvia Casso - Bejines

Al desarrollar sus chocolates, ¿cómo seleccionaron los ingredientes para equilibrar sabor y bienestar?

Fue un proceso de mucha prueba y error. Desde el principio, quisimos que cada ingrediente tuviera una razón de ser más allá del sabor: cacao de origen, miel cruda local, frutos secos tostados y aceites naturales. Nada está ahí por casualidad, todo cumple una función y un beneficio. Nos tomó un año completo de pruebas lograr ese equilibrio entre placer y bienestar, un chocolate que fuera delicioso, limpio y estable, capaz de comercializarse sin perder frescura ni calidad.

¿Qué beneficios aportan estos ingredientes naturales y cómo lograron que el resultado supiera delicioso sin sacrificar lo saludable?

Cada ingrediente aporta algo más allá del sabor. La miel cruda tiene propiedades antimicrobianas y antioxidantes; los frutos secos aportan minerales, proteínas y grasas buenas; el cacao es rico en magnesio y endorfinas naturales. 

Todo trabaja en conjunto para ofrecer energía sostenida, sin picos ni bajones. El reto fue lograr que todo esto se tradujera en sabor y que el resultado fuera realmente indulgente, no un ‘chocolate saludable’ disfrazado. Queríamos que quien lo probara, se sorprendiera por lo rico y sólo después descubriera que también era limpio.

Carmen, vienes del mundo del diseño de modas y el branding visual. ¿Cómo influyó tu sentido estético en el desarrollo de Botánica? Háblanos del diseño del empaque, la identidad visual y la presentación de sus chocolates.

Todavía es una sorpresa, estamos por lanzar el empaque, pero sé que va a quedar perfecto. Para mí, el lujo está en los pequeños rituales: en el peso de la caja, los materiales, las texturas y los acabados. Daniela, mi socia, es joyera, y creo que esa combinación hace que el empaque no sólo sea bonito, sino también sensorial.

Teniendo formación en diseño (BFA de Parsons en Nueva York) y experiencia previa con tu propia marca de moda sostenible, emprender en el mundo de la gastronomía debió traer desafíos distintos. ¿Cómo fue trasladar tu visión creativa del diseño de moda al desarrollo de un producto culinario?

El cambio del diseño de moda al mundo culinario fue natural. Ambos universos tienen que ver con materiales, texturas y equilibrio. Lo que cambia es el medio. La clave fue rodearnos de un buen equipo y construir desde la humildad, aunque desde chica siempre he estado muy cerca de la cocina

Trabajamos con un grupo espectacular: un chef dispuesto a asumir el reto y un bioquímico que nos ayudó a crear un producto natural, sin conservadores, pero con buena vida de anaquel. Creo que la mayor lección, después de emprender varias veces, ha sido entender el valor de delegar y confiar.

No. 4 utiliza ingredientes como miel cruda, frutos secos y cacao / Foto: Silvia Casso - Bejines
No. 4 utiliza ingredientes como miel cruda, frutos secos y cacao / Foto: Silvia Casso - Bejines

¿Qué retos técnicos enfrentaron al formular un chocolate saludable y al montar la operación en México?

Formular un chocolate limpio fue un proceso largo, lleno de investigación, pruebas y mucha paciencia. Montar la operación en México también representó un reto técnico y logístico, pero, sobre todo, un acto de amor: queríamos que todo se hiciera aquí, con manos y miel mexicanas.

Ha sido un desafío porque muchas cosas aún no están reguladas y eso nos ha obligado a marcar el camino junto con nuestros proveedores, estableciendo nuestros propios estándares de calidad y transparencia.

¿Hacia dónde ven crecer a Number Four Botánica en los próximos años? ¿Planean nuevas colecciones o sabores, ampliar la línea de productos?

Queremos seguir explorando el universo botánico a través de sabores, formas y colaboraciones. Nuevas colecciones, ediciones limitadas y formatos inesperados.

¿Cuál es el sueño a largo plazo para la marca?

Queremos que Number Four Botánica se convierta en un universo sensorial: un espacio donde el bienestar, el ritual y el diseño se encuentren. Más que crecer por crecer, queremos expandirnos con propósito. Crear experiencias, colaboraciones y productos que sigan recordándonos que se puede disfrutar sin perjudicar al cuerpo y que el lujo está en lo natural.


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