En la aviación privada, donde todo se mide al milímetro, Raquel Colunga encontró espacio para volar a su manera. Con más de seis años en el sector y su propia compañía, Raquel Colunga Aviación, ha construido un nombre en el que coexisten precisión, estilo y visión estratégica. Desde su hangar, ha aprendido que liderar también se trata de inspirar y abrir camino para otras mujeres que buscan tomar el control en industrias donde aún son pocas.
Su historia es la de una mujer que entendió que el éxito también puede tener un rostro humano. Con una mezcla de disciplina, sensibilidad y fe, ha hecho despegar un proyecto que hoy representa liderazgo femenino, confianza y autenticidad. Raquel no sólo dirige una empresa: dirige su vida con la misma precisión y elegancia con la que despega cada avión.
En una industria tan técnica y competitiva como la aviación, ¿qué te llevó a abrirte camino y fundar tu propia compañía?
La aviación me ha fascinado desde muy joven por la libertad y el alcance que ofrece. Sin embargo, al mirar el sector con detenimiento, vi una oportunidad clara de elevar el estándar en el segmento de vuelos privados. Fundé Raquel Colunga Aviación con la intención de crear una compañía que no sólo cumpliera con los más altos estándares técnicos, sino que redefiniera lo que significa volar en términos de experiencia, confianza y atención al detalle.
Emprender en este sector ha sido un reto, sin duda Dios colocó a las personas indicadas en mi vida en el momento correcto. Entre ellas a Christopher Prats que con su amplio conocimiento y experiencia en la aviación privada logró proporcionaba las herramientas que necesitaba.
¿Cómo recuerdas esos primeros años en los que comenzabas a construir Raquel Colunga Aviation?
Los recuerdo como una mezcla de vértigo y pasión. Pero también fueron los momentos más formativos. Recuerdo perfectamente lo que era levantarme cada mañana con una idea clara en mente: construir algo que trascendiera, una empresa que representara excelencia, confianza y un enfoque humano en la aviación privada. Hoy, mirar atrás me llena de orgullo.
Ver cómo algo que nació como una idea se convirtió en una compañía con proyección internacional es una prueba de que, cuando se trabaja con pasión, enfoque y principios firmes, los resultados llegan.
En tu experiencia, ¿qué significa realmente liderar desde lo femenino?
Liderar desde lo femenino no significa hacerlo con debilidad o fragilidad. Significa liderar con inteligencia emocional, empatía, intuición y con una visión integradora. Se trata de saber tomar decisiones firmes sin dejar de escuchar, saber negociar sin perder la sensibilidad y construir relaciones sólidas basadas en confianza y respeto. Creo firmemente que lo femenino no compite con lo fuerte; lo complementa. mejor dicho. Y en eso radica su poder. En un sector tan dinámico como la aviación, eso ha sido clave: mantener firme el propósito, pero con la flexibilidad de evolucionar con los tiempos y con las personas.
¿Qué aprendizajes te ha dejado esta industria?
Uno de los mayores aprendizajes ha sido el equilibrio entre precisión técnica y gestión humana. No hay que perder de vista que detrás de cada vuelo hay personas, equipos, expectativas y emociones. Entender eso me ha llevado a construir un modelo de liderazgo que no busca simplemente resultados, sino también relaciones duraderas y confianza real con nuestros clientes.
¿Qué tendencias ves venir en la aviación privada y cómo te estás preparando para ellas?
La aviación privada está evolucionando rápidamente y una de las tendencias más claras es la digitalización del acceso a vuelos. Hoy, los clientes buscan inmediatez, eficiencia y transparencia, sin sacrificar la exclusividad. En ese sentido, herramientas como las plataformas de empty legs están revolucionando la forma en que se accede a vuelos privados, optimizando rutas y reduciendo costos sin comprometer la calidad.
¿Qué tan importante consideras la coherencia entre la imagen personal y la identidad empresarial?
Para mí, la imagen es un reflejo tangible de quién eres y de lo que representas. La coherencia entre la imagen personal y la identidad es fundamental, especialmente cuando lideras una marca que habla de exclusividad, confianza y excelencia. Creo que la verdadera elegancia nace de la autenticidad. No se trata de seguir tendencias, sino de construir una presencia que esté alineada con tus valores, tu visión y tu forma de estar en el mundo. Coherencia es credibilidad. Y en un mundo tan visual como el de hoy, cuidar ese equilibrio entre forma y fondo es una forma de liderazgo en sí misma.
¿Cómo crees que se transforma una industria cuando una mujer toma el control?
Cuando una mujer toma el control de una industria, indudablemente se enriquece. ¿Por qué? Porque llegamos con una visión distinta, más intuitiva, más detallista, más empática, pero igual de estratégica. En sectores tradicionalmente dominados, como la aviación, la visión femenina es un complemento necesario.
¿Cuál ha sido el reto más grande de abrirte paso en un entorno dominado por hombres?
El mayor reto ha sido que me tomaran en serio desde el primer momento. Incursionar en esta industria implica muchas veces ser subestimada o proponer estrategias que son interpretadas con deficiencia. He tenido que demostrar que no sólo puedo operar bajo estándares altos, sino liderar con excelencia, visión y carácter. Aprendí a no pedir permiso y ocupar mi lugar con seguridad.
¿Qué consejo le darías a una mujer que quiere emprender en un sector poco explorado por mujeres?
Que no espere a sentirse lista para empezar. En sectores poco explorados por mujeres, nunca habrá un “momento perfecto”, así que es mejor comenzar con lo que tienes, confiar en tu visión y crecer sobre la marcha. Lo importante es tener claridad, carácter y una voz propia, incluso cuando esa voz sea la única femenina en la sala. Le diría que no tenga miedo de ser diferente. Que no trate de encajar en un modelo masculino de liderazgo, porque su poder está justamente en lo que la distingue.
¿Cuál es el próximo “vuelo” que te emociona emprender, en lo personal o profesional?
Sin duda es el de seguir consolidando y expandiendo mi empresa a nivel internacional, incorporando tecnologías innovadoras y servicios que eleven la experiencia de nuestros clientes a otro nivel. Además, quiero seguir fortaleciendo las alianzas estratégicas que nos abren nuevas posibilidades en la aviación privada. En lo personal, me entusiasma profundizar mi crecimiento espiritual y continuar cultivando una vida equilibrada, donde el liderazgo y la fe caminen de la mano.
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