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¿Adicto al teléfono y las redes sociales? Esto es lo que revela tu relación con la pantalla

Detrás de la necesidad constante de estar conectado se ocultan patrones que revelan sobre ti más de lo que imaginas.

Las redes sociales son una parte de la vida diaria de millones de personas, pero un mal uso de las mismas puede traer consecuencias. (Foto: Freepik)
Las redes sociales son una parte de la vida diaria de millones de personas, pero un mal uso de las mismas puede traer consecuencias. (Foto: Freepik)
Mariana Velázquez

Vivimos en una era donde la conexión constante se ha vuelto casi una exigencia. Sin embargo, cuando mirar el celular y las redes sociales se convierte en una compulsión, es momento de preguntarse: ¿qué dice esto de mí?

La adicción al celular y a las redes sociales, conocida también como nomofobia (miedo a quedarse sin el dispositivo), no tiene que ver solo con el aparato en sí, sino con los mundos virtuales que nos permite habitar con las redes sociales, aplicaciones, juegos, videos o compras en línea


Esta dependencia puede traducirse en varios tipos de comportamiento compulsivo, desde la necesidad de establecer relaciones virtuales por encima de las reales, hasta el consumo desmedido de información, o incluso el cibersexo y el juego en línea.

La adicción al celular se convierte en un problema cuando existen comportamientos compulsivos. (Foto: Freepik)
La adicción al celular se convierte en un problema cuando existen comportamientos compulsivos. (Foto: Freepik)

¿Por qué es tan común la adicción a redes sociales?

La respuesta está en la dopamina, el neurotransmisor asociado con el placer. Cada like, mensaje o actualización puede generar una descarga de dopamina que hace sentir satisfacción, lo que convierte a esta práctica en una fuente constante de recompensa inmediata. El problema es que con el tiempo se crea tolerancia por lo que se necesita más estimulación para sentir lo mismo.

Además, esta conducta suele estar ligada a emociones como la ansiedad, la soledad, el estrés o incluso la depresión. En lugar de enfrentar estas emociones, muchas personas recurren al celular como una forma de evadirlas, sin saber que esto puede agravar el malestar.

¿Cómo saber si tienes una adicción al móvil y a las redes sociales?

Algunos síntomas son claros son que no puedes dejar de revisar el celular incluso en situaciones inapropiadas, te sientes ansioso si no lo tienes a la mano, lo revisas compulsivamente durante la noche y empiezas a preferir la interacción virtual sobre la presencial. Si además te cuesta concentrarte, duermes mal o sientes que tu rendimiento laboral, escolar o tus relaciones han empeorado, es hora de hacer una pausa.

Una señal de alarma es que sientas la necesidad compulsiva de revisar tu celular al punto que no puedas dormir durante la noche. (Foto: Freepik)
Una señal de alarma es que sientas la necesidad compulsiva de revisar tu celular al punto que no puedas dormir durante la noche. (Foto: Freepik)

El uso excesivo del celular no solo daña tus relaciones o tu productividad: también puede afectar tu salud mental. Estudios han demostrado que la sobreexposición a redes sociales puede aumentar la depresión y la ansiedad, especialmente por la constante comparación con los demás. Además, altera el sueño, incrementa el estrés y puede provocar una pérdida significativa de la concentración y la creatividad.

¿Cómo salir del ciclo de adicción a las redes sociales y al celular?

No se trata de renunciar completamente a la tecnología, sino de poner límites. Algunas estrategias útiles incluyen:

• Establecer horarios específicos para revisar el celular.

• Apagar las notificaciones innecesarias.

Evitar llevar el celular a la cama.

Sustituir su uso con otras actividades como leer, meditar o hacer ejercicio.

• Pasar más tiempo con personas cara a cara.

También es importante identificar si esta adicción esconde un problema más profundo. Si crees que no puedes enfrentarlo solo, buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia.

La tecnología no es el enemigo, pero sí puede convertirse en una trampa cuando no hay equilibrio. Estar hiperconectados no es sinónimo de estar más comunicados. Conectarte contigo mismo, con tus emociones y con los demás en el mundo real puede devolverte la calma, el enfoque y, sobre todo, una mejor calidad de vida.

La tecnología no es el enemigo, pero sí puede convertirse en una trampa cuando no hay equilibrio. (Foto: Freepik)
La tecnología no es el enemigo, pero sí puede convertirse en una trampa cuando no hay equilibrio. (Foto: Freepik)


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