Cuando la juventud se acaba el destino de muchos adultos mayores es el asilo. Se cree comúnmente que este lugar alberga soledad, tristeza y desesperanza. El joven cineasta, Miguel Quintana decidió mostrar en su nuevo cortometraje otra cara de este espacio dedicado al cuidado de la vejez donde, pese a todo, también puede haber risas, sueños y aventuras.
El poblano de 23 años formado en la carrera de Cine y Producción Audiovisual de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) comparte más sobre el proceso detrás de Asilo San Gabriel, proyecto artístico que pretende contar la historia sobre envejecer de otro modo.
¿Cómo Comenzó tu camino en el cine? Sabemos que te especializas en guión y dirección, ¿qué te atrae de estos aspectos?
Desde pequeño quise ser director de cine aunque no sabía bien lo que implicaba, sólo sé que amaba las películas y quería hacerlas. Con cualquier cámara que encontraba salía con mi hermano, con mis amigos o mis primos y hacíamos cortitos. Es una pasión que ha crecido conmigo. Ahora tomándolo más en serio como una carrera descubrí que el guión me llama mucho porque, aunque no se le da la importancia que debería tener, es donde todo parte, ahí juegas y comienzas desde cero.
Luego llega el momento de llevarlo a la vida visualmente hablando; conviertes lo que está en papel en imágenes en movimiento que te cuentan una historia. Es lo que a mí me apasiona.
Tus primeros proyectos fueron comedia, ¿cómo surgió la idea de crear un cortometraje sobre la vejez? ¿Hay algún suceso en particular que te inspiró?
De hecho, casi todos mis trabajos han sido comedia. Es un género que me encanta y me gusta muchísimo explorar. A veces se le ve con menos seriedad o desprecio, pero es un género que nos puede enseñar mucho sobre nosotros mismos y sobre la sociedad. Es una herramienta muy poderosa para enfrentarnos a lo que somos, además es súper divertido de escribir y de grabar con los actores.
La idea de crear un cortometraje sobre la vejez vino de algunas historias que conocí sobre esta etapa de la vida y principalmente está inspirado en mi abuela Covadonga. Aunque no está en un asilo, quise crear un personaje parecido a ella. Los ancianos son un grupo apartado de nuestra sociedad y en el cine, por ello no hay muchas historias que ellos protagonicen y si lo hacen son muy tristes. Se les mira desde el pesimismo y la condescendencia.
Asilo San Gabriel le da la vuelta a esto, pero no se queda solo en lo gracioso sino que profundiza en la vejez. Opuesto a lo que se piensa de los abuelitos, aquí se les muestra activos, la cámara se mueve muchísimo, los personajes son dinámicos. Es un corto muy eléctrico, diría yo.
¿Qué tipo de investigación o preparación realizaste para abordar el tema de la vejez?
Tuve que ver varias películas que tratan este tema desde distintos puntos de vista y géneros, leí varios artículos y ensayos sobre la tercera edad, pero lo más importante fue que visitamos algunos asilos y platicamos con sus residentes. Ir al lugar y observar es muy importante para comprender cómo es su vida y qué piensan para retratarlos desde la empatía.
¿Cuál fue el mayor reto durante la realización del cortometraje?
Hacer cine siempre es un enorme reto. En Asilo San Gabriel el mayor reto que tuvimos fue coordinar todos los personajes y la locación porque todo ocurre en un asilo.
Pero todos son actores de la tercera edad, muy profesionales y que les encanta la historia. Son gente increíble de la que aprendimos muchísimo, con los que creamos una relación muy cercana y muy bonita.
¿Qué mensaje o emoción quieres que el público se lleve con este corto?
Lo primero es que se la pasen bien, que se rían y se conmuevan, pero principalmente que les ayude a ver a este sector de una manera diferente, sin tabús, sin prejuicios y que los entiendan un poco mejor. Envejecer es una etapa muy bonita, no es triste porque aunque ya es el final hay algo bello en ello y nunca es tarde para hacer lo que quieres lograr en la vida. Hay que disfrutar cada etapa de la vida como lo que es, ¿no? con sus cosas buenas y sus cosas malas, pero todo tiene su belleza.
¿Cuándo se estrena Asilo San Gabriel y dónde podemos verlo?
En octubre podrán verlo. Tendremos proyecciones en varios espacios culturales de la ciudad de Puebla. Además iremos a varios asilos para mostrar el cortometraje. Después de todo ese recorrido tendrá su estreno en plataformas digitales.
¿Sientes que hay suficiente apoyo o interés en el cine joven?
Tal vez no el suficiente, pero sí hay una base sólida desde la cual empezar. Hay que expandir mucho más el apoyo y crear estrategias de difusión a los proyectos culturales. Pero aunque falta un camino largo por recorrer en el cine en Puebla creo que vamos a buen paso y hay un buen camino para lograr donde queremos estar.
¿Qué proyectos futuros tienes en mente y cómo crees que tu experiencia con este cortometraje te ayudará a abordarlos?
Después del estreno de Asilo San Gabriel quiero hacer una película y proyectos cada vez más ambiciosos. Gracias al esfuerzo con este proyecto y de todas las personas que participaron tenemos más experiencia para lograr proyectos padrísimos, estoy seguro.
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