El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que puede variar en su gravedad. Y si bien los síntomas de la enfermedad suelen ser parecidos entre sus variantes, es crucial entender que existen diferentes tipos de dengue, cada uno con sus propias características y riesgos asociados.
Pero, ¿cómo puedes saber si tus síntomas corresponden a un caso de dengue grave o a una versión más leve de la enfermedad? Quédate leyendo, porque aquí te ofrecemos una guía detallada y sencilla de entender para que puedas identificar las señales de alerta y actuar a tiempo.
Estos son los tipos de dengue que se conocen
El dengue es una de las enfermedades virales más comunes en regiones tropicales y subtropicales, y es transmitida por mosquitos del género Aedes, principalmente Aedes aegypti.
Actualmente se conocen cinco serotipos del virus: DENV-1, DENV-2, DENV-3, DENV-4 y DENV-5.
Cada uno es capaz de provocar diferentes manifestaciones, que pueden ir desde síntomas leves hasta complicaciones graves.
Por otra parte, también se suele dividir al dengue en dos clasificaciones, como dengue “clásico” y dengue “grave”.
Dengue clásico
Se trata de la forma más frecuente y menos riesgosa de esta afección. Sus síntomas incluyen fiebre alta repentina (hasta 40 °C), dolor de cabeza intenso, molestias detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, erupciones en la piel, náuseas y cansancio.
Con la atención adecuada, la mayoría de las personas logra una recuperación completa en pocos días.
Dengue grave
Anteriormente conocido como dengue hemorrágico, es la variante más peligrosa y puede ser mortal si no se trata a tiempo.
Generalmente aparece después de la fase febril y puede ocasionar fuga de líquidos, hemorragias, dificultad respiratoria, choque hipovolémico e incluso fallo orgánico.
Los signos de alarma más frecuentes incluyen dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, sangrado en mucosas y letargo.

¿Cuáles son los serotipos de dengue que se encuentran en América Latina?
En América Latina circulan principalmente DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4, con variaciones según la región y la temporada.
Y aunque cualquier serotipo puede causar tanto dengue leve como grave, el verdadero riesgo aparece en re-infecciones con un tipo diferente al inicial.
Este fenómeno, llamado potenciación dependiente de anticuerpos, aumenta las probabilidades de complicaciones severas.

¿Cómo podemos prevenir el dengue?
De acuerdo con organismos como la OMS, la OPS y los CDC destacan que la prevención y el monitoreo constante son esenciales para frenar su propagación, sobre todo en zonas de riesgo, además se recomienda:
- Eliminar criaderos de mosquitos en casa (agua estancada).
- Usar repelentes, mosquiteros y ropa que cubra la piel.
- Acudir al médico ante los primeros síntomas.
- Dar seguimiento con especialistas, sobre todo si se ha padecido dengue previamente.
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