Pocas costumbres parecen tan comunes y hasta inocentes como entrar al baño con el teléfono en la mano, pero ¿sabías que esto te puede generar una grave enfermedad muy dolorosa? Te contamos lo que te puede ocurrir.
Revisar redes sociales, contestar mensajes o incluso leer las noticias se ha vuelto parte de la rutina de millones de personas. Sin embargo, lo que para muchos es “tiempo de calidad” con el celular, en realidad podría traer consecuencias muy dolorosas para la salud.
¿Qué sucede en tu cuerpo cuando pasas demasiado tiempo sentado en el baño?
El problema no es solo la distracción digital, sino el tiempo extra que el celular te hace pasar en el retrete.
Sentarse durante largos minutos en la taza ejerce presión directa sobre las venas de la zona rectal, lo que puede derivar en hemorroides, una enfermedad dolorosa, incómoda y mucho más común de lo que se piensa.
Hemorroides por usar el teléfono en el baño
Las hemorroides son venas inflamadas en el ano y el recto inferior, que causan dolor, sangrado e incomodidad al sentarse.
Aunque factores como el estreñimiento, la dieta pobre en fibra o el embarazo son conocidos detonantes, estudios recientes señalan que pasar tiempo de más en el baño con el celular en mano está disparando los casos en adultos jóvenes.
Los especialistas explican que, al perder la noción del tiempo en tu for you page de TikTok o respondiendo correos, las personas permanecen hasta 20 minutos o más sentadas.
Ese esfuerzo innecesario favorece la inflamación y, a la larga, complica la circulación sanguínea en la zona.
¿Qué pasa si estás en el baño mucho tiempo?
Aunque parezca una exageración, distintos médicos coinciden en que este hábito está directamente ligado al aumento de casos de hemorroides.
La Asociación Americana de Gastroenterología ha advertido que la presión prolongada sobre los tejidos anales incrementa la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
Pero los riesgos no terminan ahí. También se ha comprobado que el celular puede ser un foco de bacterias que fácilmente llegan a tus manos y, después, a tu rostro o a tus alimentos.
En otras palabras, el baño no es solo un sitio riesgoso por la postura, sino también por la exposición a gérmenes.
¿Qué puedes hacer para evitar esta enfermedad sin renunciar al celular?
La buena noticia es que no necesitas abandonar tu teléfono para siempre, sino adoptar hábitos más conscientes. Los especialistas recomiendan los siguientes:
Limitar el tiempo en el baño a lo estrictamente necesario, usar el celular en otro lugar y dejar que el baño cumpla solo su función, mejorar la dieta con fibra y agua suficiente para reducir el esfuerzo intestinal y hasta hacer pausas activas y ejercicios de circulación que ayuden a la zona pélvica.
Al final, se trata de reconocer que un hábito tan común puede tener consecuencias graves si no se controla.
Reducir el uso del celular en el baño no solo protege tu salud intestinal, sino que también te da una oportunidad para reconectar contigo mismo sin pantallas de por medio.
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