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Sociedad Puebla

Andi Domínguez, Adri Gómez, Cristina Zardain y Renata Guerrero hablan del amor a las mascotas

Las socialités nos revelan a través de sus mascotas que el amor más puro late en cuatro patas y en lecciones que transforman la vida.

Detrás de cada ladrido hay una historia de cariño profundo y de compromiso. (Fotos: Yanahui F. Sevilla)
Detrás de cada ladrido hay una historia de cariño profundo y de compromiso. (Fotos: Yanahui F. Sevilla)
Mariana Velázquez

Dicen que los perros no son solo mascotas, sino parte de la familia. Son cómplices de aventuras, compañeros en los días difíciles y la más pura definición de amor incondicional. En esta edición especial, celebramos ese vínculo único a través de cuatro mujeres, Andrea Domínguez (AD), Adriana Gómez (AG), Cristina Zardain (CZ) y Renata Guerrero (RG), quienes han encontrado en sus compañeros peludos no solo alegría y compañía, sino también lecciones de vida.

Entre anécdotas divertidas, momentos emotivos y reflexiones sobre el cuidado animal, descubrimos que detrás de cada ladrido hay una historia de cariño profundo y de compromiso con quienes nos regalan su lealtad todos los días. Aquí la charla con cada una:

Los perros no son solo mascotas, sino parte de la familia. (Fotos: Yanahui F. Sevilla)
Los perros no son solo mascotas, sino parte de la familia. (Fotos: Yanahui F. Sevilla)

¿Cómo llegó tu mascota tu vida?

AD: Lola llegó un 6 de enero de 2010, el Día de Reyes. Tenía nueve años y al despertar corrí a ver mis regalos; nunca imaginé que en una cajita tan pequeña estaría lo mejor que me ha pasado en la vida. Desde ese instante supe que todo cambiaría. Fue el regalo más especial, porque no era solo un “obsequio”, era la llegada de mi compañera de vida.

AG: Diddi llegó gracias a una casualidad del destino. Una familia alemana la había adoptado, pero al regresar a su país no pudieron llevarla porque para los pugs volar es muy riesgoso. Mi papá se enteró, le contó a mi mamá… y al día siguiente ya estaba con nosotros: con un moñito rosa en el cuello y llena de energía. Desde ese instante supe que iba a revolucionar mi vida.

CZ: Bombón llegó cuando me mudé sola a Puebla. Mi papá me la regaló para hacerme compañía, y se convirtió en mi inseparable. Tres años después llegó Leia, su bebé, para completar la familia.

RG: Era Año Nuevo cuando mi hermana y yo la vimos debajo de un puente, en un lugar donde vendían perritos. En cuanto la vi, le rogué a mi mamá que la compráramos. Mi abuela, mi mamá y yo juntamos el dinero y así se la regalamos a mi hermana pequeña. Así llegó Chocolate.

¿Cómo eligieron su nombre y qué significa para ti?

AD: Nos tomó algunos días decidirlo, porque nada le quedaba. En mi familia solemos poner nombres de persona a las mascotas, porque siempre han sido parte de la familia. Finalmente llegamos a Lola: corto, fuerte, alegre y auténtico, justo como su personalidad. Hoy, escuchar ese nombre es sinónimo de amor, compañía y felicidad.

AG: Ella ya venía con el nombre Diddi y simplemente le quedaba perfecto. Es tierno, gracioso y justo como ella. Recuerdo que cuando la vi mover sus orejitas como si fueran dos chonguitos supe que no había que cambiarle nada. Ese era su nombre, su sello.

CZ: Bombón es tal cual un bombón blanco, dulce y delicioso. Y Leia, por el vestido blanco de la princesa Leia de Star Wars, ese nombre lo escogió mi cuñado jaja.

RG: Mi hermana lo escogió. Cuando era cachorrita tenía manchas cafés, pero con el tiempo se volvieron grises.

¿Tienen alguna rutina o ritual diario que siempre repiten?

AD: Aunque las rutinas cambian, hay cosas que nunca faltan. Cada noche duerme conmigo y comenzamos y terminamos el día juntas. Cada mañana la despierto con cariños y palabras bonitas, la acompaño al baño, toma agua y desayunamos. Muchas veces se sube al coche conmigo porque ama ver la calle y la gente. Esos momentos me llenan de paz y me recuerdan que nunca estoy sola.

AG: Sí, tenemos nuestro ritual de piojito. En la mañana, apenas me ve, se pone de panza lista para recibir sus caricias. Y en la noche, después de sus mimos, se acurruca conmigo bajo las cobijas (todavía no entiendo cómo respira, pero ahí duerme feliz).

CZ: Sí, siempre. En la mañana bajamos al jardín y luego desayunan. A medio día salimos a caminar y en la noche repetimos el paseo, cenan y se duermen. Entre semana seguimos esa rutina, pero los fines de semana van conmigo a todos lados.

RG: Sí, en las noches duerme conmigo y en las mañanas despierta a todos brincando en nuestras camas.

¿Cómo ha cambiado tu vida desde que tienes a tu perrita?

AD: Lola es mi vida entera. Crecí con ella y me ha acompañado en todas mis etapas desde la niñez, adolescencia y juventud. Gracias a ella aprendí lo que significan la lealtad, la paciencia y el amor incondicional. No es solo mi perrita, es parte de mí, de mi familia y de mi historia.

AG: Lo cambió todo. Aunque ya había otro pug en casa, él era de mi hermano. Pero Diddi fue distinta pues desde el primer día marcó su lugar conmigo y nos volvimos inseparables. Ella es mía y yo soy de ella; desde entonces somos mejores amigas.

CZ: Son mis compañeras en todo. Ya no sé estar sin ellas.

RG: Chocolate llegó cuando aún teníamos otra perrita, que después falleció. Aprendió mucho de ella y terminó convirtiéndose en una gran compañía para toda la familia.

¿Qué te enseña todos los días tu compañera de cuatro patas?

AD: Me enseña paciencia, responsabilidad y amor. Es valiente incluso cuando está enferma, y eso nos da seguridad a todos. Con ella aprendí que la felicidad está en lo simple: un paseo, una mirada, un rato juntas. Sus ojos me recuerdan que el amor verdadero no necesita palabras.

AG: Me enseña a valorar lo simple como un paseo, una caricia, un ratito juntas. También me enseña a soltar el enojo, porque cuando la veo, la ternura me desarma. Y, sobre todo, me recuerda lo que es la lealtad y el amor sincero.

CZ: Me enseñan disciplina, lealtad y responsabilidad, siempre.

RG: Que pase lo que pase, siempre tiene un gesto bonito para cada integrante de la familia.

¿Qué significa para ti ser una dueña responsable?

AD: No se trata solo de dar comida o llevarla al veterinario, sino de darle un hogar lleno de amor, cuidados y tiempo. Hablarle bonito, acariciarla, atender su salud y su felicidad. Ser responsable es tratarla como lo que es: parte de la familia.

AG: Es un compromiso lleno de amor. Saber que depende de mí me hace querer darle siempre lo mejor. Cuidarla es mi manera de agradecerle por haber llegado a mi vida.

CZ: Entender que dependen 100 por ciento de mí. A partir de eso, todo lo demás en mi vida se acomoda después de ellas.

RG: Estar pendiente de lo básico, pero también darle atención, cariño y tiempo de calidad.

Sus mascotas son cómplices de aventuras, compañeros en los días difíciles y la definición de amor incondicional. (Fotos: Yanahui F. Sevilla)
Sus mascotas son cómplices de aventuras, compañeros en los días difíciles y la definición de amor incondicional. (Fotos: Yanahui F. Sevilla)

¿Qué opinas sobre la importancia de la adopción y la conciencia contra el abandono animal?

AD: Es fundamental. Los perros no son juguetes ni modas, son seres vivos que sienten y aman. Me duele ver casos de abandono porque pienso en lo injusto que sería que Lola no tuviera un hogar. Tener un perro es un compromiso de vida, no de un momento.

AG: Creo que todavía falta mucha conciencia. En México hay muchísimos animales en la calle y eso refleja que no todos entienden lo que implica tener una mascota. Ellos siempre lo dan todo, se entregan por completo, y nosotros somos responsables de que tengan la vida que merecen.

CZ: Es fundamental. Mi realidad no me impide ver la del país: aún hay demasiada indiferencia. Fomentar la adopción es clave, pero también recordar que un perro no es un adorno ni una moda. Es un compromiso de vida, y todos merecen una familia que los ame y se haga responsable.

RG: Creo que si tienes la posibilidad de hacerlo de manera responsable, es algo con lo que estoy totalmente de acuerdo.

¿Ha habido un momento difícil en el que tu perrita te haya dado consuelo?

AD: Sí, dos muy especiales. Cuando me operaron de la rodilla, de repente Lola dejó de mover sus patas traseras. Pero no era una enfermedad, era empatía pura, como si absorbiera mi dolor. La otra experiencia fue con mi dermatitis atópica, que mejoró con los años mientras que ella comenzó a padecerla con fuerza. Creo que ha cargado conmigo dolores que no le correspondían, como un espejo de amor que transmuta energías.

AG: Sí, todos los días. Cuando estoy estresada o triste, verla me da paz. Se acurruca en mi pancita y, de pronto, todo se me olvida. A veces hasta lloro de amor con solo mirarla.

CZ: Sí. Bombón llegó en una etapa muy complicada de mi vida. Nada hubiera sido igual sin ella.

RG: Sí, cuando murió mi otra perrita, Chocolate siempre estuvo conmigo.

¿Cómo describirías la sensación de llegar a casa y ser recibida por ella?

AD: Es una de las mejores sensaciones del mundo. Siempre me recibe con la misma emoción, sin importar cuánto tiempo me ausente. Incluso me espera en el sillón, mirando por la ventana antes de que entre. Su felicidad sincera es incomparable.

AG: Es como borrar lo malo en un segundo. Me recibe feliz, con sus dientecitos chuecos asomándose, y yo solo quiero llenarla de besos. Realmente transforma mi día.

CZ: No hay nada igual. No me imagino abrir la puerta y no tener esa fiesta de bienvenida todos los días jajaja.

RG: Me llena de alegría. Siempre se emociona al verme y nos espera en la puerta con entusiasmo.

Si tu perrita pudiera hablar por cinco minutos, ¿qué crees que te diría?

AD: Me diría que me quiere, que soy su lugar seguro y que disfruta cada instante conmigo. Me pediría que no me preocupe tanto, que es feliz y que no me entristezca al pensar que ya es grande y que algún día partirá, porque ella ya está cumpliendo su misión y ha sido muy feliz en mi hogar.

AG: Seguro me diría algo tierno, porque es muy lista, pero también pediría comida. Como tiene dieta especial, me imagino su voz diciendo: “ándale, dame de lo que estás comiendo, te prometo que hoy no vomito”.

CZ: Sin duda, que les dé de mi comida.

RG: Que le compre más juguetes, que nunca lo vuelva a llevar a bañar y que odia la lluvia y los cuetes.

Y al revés, si pudieras decirle algo hoy mismo, ¿qué sería?

AD: Le diría: “Gracias por llegar a mi vida. Gracias por tu amor, tu lealtad y por enseñarme tanto. Eres mi maestra y mi mejor compañía. Te amo y siempre te cuidaré, porque eres lo mejor que me ha pasado”.

AG: Le diría que la amo con todo mi corazón, que es mi bebé y mi consentida, y que no sé qué haría sin ella. También le explicaría que aunque a veces no pueda darle de mi comida, es porque quiero que esté bien.

CZ: Lo que ya les repito diario: que me hacen inmensamente feliz y que las amo con todo mi corazón.

RG: Que lo amo, que es mi mejor compañía y que me encantaría que esté conmigo el día que me case.

Si tuvieras que darle un mensaje a otros dueños de mascotas, ¿cuál sería?

AD: Tener un perro es un compromiso de vida. No basta con alimentarlo, necesitan tiempo, juegos, cariño y compañía. Ellos nos dan un amor incondicional que no se compara con nada. Una mascota es familia, un hijo fiel que siempre estará para ti, así que dale lo mejor de ti.

AG: Que aprovechen cada instante con ellos. Llévenlos a todas partes, llénenlos de besos, denles tiempo y cariño. Porque ellos darían la vida por nosotros, y lo mínimo que merecen es nuestro amor incondicional.

CZ: Que entiendan que no son un accesorio ni un capricho. Ellos nos dan todo sin pedir nada a cambio. Lo mínimo que podemos hacer es darles la vida que se merecen.

RG: Que siempre den amor y cariño a sus compañeros, porque para ellos nosotros somos todo lo que tienen.

Sus compañeros peludos no solo son alegría y compañía, sino también lecciones de vida. (Fotos: Yanahui F. Sevilla)
Sus compañeros peludos no solo son alegría y compañía, sino también lecciones de vida. (Fotos: Yanahui F. Sevilla)


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