El 19 de diciembre, es una fecha que ha despertado una inusual ola de consultas entre astrónomos aficionados y usuarios de redes sociales. La razón de esto, es el paso cercano del enigmático cometa 3I/ATLAS, un objeto celeste cuyo acercamiento a la órbita terrestre ya ha comenzado a generar debates.
Así, el interés creció luego de que Avi Loeb, físico teórico de Harvard, explicara qué se sabe, y qué no, sobre este objeto que atraviesa nuestro sistema solar. Y aunque no se trata de un escenario apocalíptico, las declaraciones de Loeb han puesto sobre la mesa un análisis poco común sobre el origen, la velocidad y el comportamiento del cometa: ¿Por qué este cuerpo celeste es distinto a otros y qué implica realmente su paso cercano a la Tierra?
¿Cuándo se acercará el cometa 3I/ATLAS a la Tierra?
El astrofísico Avi Loeb, profesor de Harvard y figura clave en el debate científico sobre objetos interestelares como ‘Oumuamua’, volvió a colocar al espacio en el centro de la conversación tras referirse al cometa 3I/ATLAS, el tercer objeto proveniente de fuera de nuestro sistema solar detectado hasta ahora.
De acuerdo con información de la NASA y otras agencias espaciales, este cuerpo celeste alcanzará su punto más cercano a la Tierra el 19 de diciembre de 2025, a una distancia aproximada de 267 millones de kilómetros, sin representar riesgo alguno para el planeta.
Y Loeb ha sido claro: no hay amenaza de impacto. Sin embargo, el comportamiento inusual del cometa ha despertado un interés científico sin precedentes, especialmente por ciertas características que desafían las explicaciones tradicionales, y que han motivado una vigilancia internacional intensiva.
¿Qué dijo Avi Loeb sobre el cometa 3I/ATLAS y su acercamiento a la Tierra?
Observaciones recientes realizadas en noviembre de 2025, revelaron que 3I/ATLAS presenta una combinación poco común: una coma brillante, una extensa cola de millones de kilómetros y una llamativa anti-cola orientada hacia el Sol, expulsando material en sentido contrario al viento solar.
A esto se suma la ausencia de desgasificación típica, y una composición con alta presencia de níquel, elementos que Loeb considera atípicos para un cometa convencional.
Así, estas irregularidades llevaron a Loeb a plantear, con cautela y cierto humor, la posibilidad de comportamientos no naturales, llegando incluso a bromear sobre la eventual liberación de “mini-sondas” o exhibir un comportamiento tecnológico.
Así es el monitoreo del cometa 3I/ATLAS
Ante este escenario, agencias como la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), coordinan una campaña de observación sin precedentes que se extenderá hasta enero de 2026.
E instrumentos como el Telescopio Hubble, el James Webb y la misión Comet Interceptor, siguen de cerca la trayectoria del cometa, mientras que la Red Internacional de Alerta de Asteroides respalda la necesidad de transparencia y cooperación global.
Y aunque algunos expertos atribuyen estas anomalías a procesos naturales, como rotación irregular o efectos térmicos, el consenso científico es claro: 3I/ATLAS no impactará la Tierra, pero sí representa uno de los mayores desafíos observacionales del año.
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